Desde que comenzamos a soñar con abrir las puertas de nuestro jardín de infantes, en nuestra mente y corazón estuvo el sentir de encarar esta tarea como un servicio a la comunidad y al barrio en el cual está inserta nuestra iglesia. Servicio a través del cual se pueden suplir las necesidades no solamente del niño sino también de su familia.
Consideramos que ningún proyecto curricular puede elaborarse desconectado de la sociedad en la que se ha de aplicar esa práctica educativa, es decir de sus problemas, características y particularmente de la familia que influye directamente en la vida de los niños.
Por esta causa es fundamental el trato y la comunicación permanente con la familia, por lo cual nuestra forma de trabajo se caracteriza entre otras cosas por involucrar a los padres, haciéndoles partícipes del proceso de enseñanza-aprendizaje y crecimiento de sus hijos a través de:
Por otra parte, la educación en valores toma un papel protagónico en nuestro jardín, ya que consideramos al niño un ser integral, compuesto por cuerpo, mente y espíritu, por esto tomaremos en cuenta cada área de su vida por igual. Es decir, no sólo intentaremos potenciar al máximo su desarrollo intelectual y sus deseos de aprender, sino también apuntaremos a su desarrollo emocional, físico y espiritual.
Por esta razón uno de nuestros objetivos principales es brindar enseñanza bíblica tomando los principios bíblicos como eje transversal o columna vertebral de los demás temas. Se intentarán relacionar las unidades programáticas y contenidos con diversos principios bíblicos.
A través de esta área también se abordarán temas que tengan que ver con sus necesidades afectivas, y la realidad que vive cada niño enseñándoles a afrontar y vencer diversos temores y preocupaciones (miedo a dormir solitos, rechazo, muerte de un ser querido, etc)